De manera resumida, tenemos que, algunos de los acontecimientos históricos más importantes que se han llevado a cabo en torno a esta fecha son: la destrucción del Primer Templo de Jerusalén por Nabucodonosor, la destrucción del segundo Templo por Tito; llegaron a la resolución final en la Santa Inquisición española para comenzar los procesos de juicios, fue el inicio de la Primera Guerra Mundial, el ascenso de Adolf Hitler como líder del partido Nazi; todo lo anterior durante el periodo de tiempo que abarca Ben Hametzarim y con mayor precisión, en la víspera de Tishá BeAv de 1942 empezó la deportación en masa de los judíos del gueto de Varsovia hacia Treblinka, se llevó a cabo el lanzamiento de la bomba nuclear en Hiroshima, Japón, y muchas, muchas tragedias más.

A través de la óptica de la Kabbalah el ser humano comprende que la energía de los astros y las dimensiones superiores se alinean de diferentes maneras teniendo repercusiones enormes a nivel físico. Es por estos movimientos energéticos que en este tiempo que llamamos Ben Hametzarim, muchas fuerzas se ponen en marcha teniendo un desenlace poderoso justo en el último día que acontece este portal energético. Ese día, es al que llamamos Tishá BeAv, el último día correspondiente a las 3 semanas de estrechez. Dentro del calendario hebreo, la fecha exacta es el día 9 DEL MES DE AV. En este año 2023, esa fecha será el 27 de julio.

De los 21 días que conforman el portal de Ben Hametzarim, este día en especial es el más fuerte, donde las energías negativas se desatan en su máximo potencial, de hecho, Kabbalistas de la antigüedad lo llamaban “El día más negativo del año”.

En Tishá BeAv es el único día del año en el que la fuerza negativa del EGO HUMANO gobierna por un periodo de 24 horas. El Ego u oponente es una fuerza negativa cuyo único propósito es generar caos y oscuridad. Este estado de consciencia tiene connotaciones muy profundas que están relacionadas justamente a la fuerza espiritual de este día. La energía que emana este día es conocida por los sabios como una energía MUY NEGATIVA. Como ya mencionamos, es el día que se atribuye a la densidad del EGO o EL OPONENTE, sin embargo, cuando miramos hacia dentro de este concepto podemos comprender el simbolismo espiritual que lo acompaña.

Este día toda la energía del universo y de los astros llega a un punto donde se regenera cíclicamente para reacomodar y continuar su sinergia constante, con este acontecimiento, el campo de emanación que siempre fluye hacia los seres humanos queda prácticamente desconectado dando paso a que la fuerza de nuestra CONSCIENCIA FÍSICA se ancle totalmente a nuestra esencia. Por lo anterior, se puede decir que el 9 del mes de Av constituye un portal perfecto para que estemos conectados a la dimensión física, a nuestro Chakra raíz o como dice la Kabbalah, dentro del Árbol de la Vida, a la esfera más densa llamada Maljut. Es así como el CAOS, MIEDO, DOLOR y SUFRIMIENTO en el que los seres humanos vibran constantemente, se hace visible en todo su esplendor en esta fecha.

Conquistando a la materia

Imagínate que tienes un día al año para recordar todo el dolor que has sentido a lo largo de la vida; que puedes concentrarte en cada uno de esos momentos y ver con claridad cuál fue tu error en ellos y qué fue bien a bien lo que pasó. Imagínate que en lugar de quedarte con ese dolor puedes concentrarlo todo, llorar, ofrendarlo a Dios y deshacerte de él.

Si bien todo indica que es un día con mucha carga energética, también es el momento perfecto para encontrar la luz en nuestro interior como en ninguna otra fecha. Cada día recibimos luz proveniente de las esferas más altas de la creación, en cada momento estamos conectados con la fuerza de vida que emana desde las dimensiones superiores, ese espacio que genera la emanación y expansión en el universo. De esta manera podemos entender que siempre estamos RECIBIENDO.

Todo el tiempo tenemos la posibilidad de percibir esta luz y de ser parte de ella. Sin embargo, en Tishá BeAv, no existe esta conexión. Así, cuando tomamos consciencia y fortalecemos nuestra alma, cuando perdonamos y pedimos perdón, cuando reímos o lloramos, cuando damos caridad, cuando amamos y entendemos que somos mucho más que materia, es en ese momento cuando nos convertimos nosotros mismos en un FARO QUE ILUMINA. Dejamos de ser RECEPTORES para convertirnos en EMANADORES. Es en este momento cuando más miedo y caos está latente, cuando más oscuridad existe, pero a su vez, esta profunda oscuridad permite que hasta el más pequeño rayo de luz sea completamente visible.

Esta consciencia es un estado interno que no puede adquirirse de ninguna forma, únicamente con el trabajo espiritual propio. Para lograrlo, la Kabbalah entrega diferentes herramientas espirituales muy poderosas que pueden ayudar en estos momentos.

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