Los esenios fueron una comunidad espiritual que vivió en la región de Qumrán, cerca del Mar Muerto. Se dedicaron al estudio de las Sagradas Escrituras y a la práctica de una vida ascética y pura. Su nombre significa “sanadores” en arameo, y se cree que poseían conocimientos avanzados sobre las leyes del cosmos y las energías sutiles que rigen la vida.

Esta hermosa cultura de personas espirituales fue muy conocida principalmente en la época contemporánea a Yeshua ben Pandira, sin embargo, sus orígenes se remontan hasta el ya mencionado Janoj y posteriormente, ya en la actualidad, aún siguen aportando Luz a través de diferentes maneras. Hablar de los esenios es hablar de Maestros que trabajaron profundamente su conexión física con la espiritualidad y que, a su vez, lograron descifrar secretos que los llevaron a entender todos los mecanismos a través de los cuales opera La Creación.

Dentro del cuadro que comprende sus enseñanzas, podemos contabilizar los conocimientos sagrados que se han traducido al paso del tiempo como KABBALAH; dominaban la gematría (numerología y vibración) del idioma HEBREO y el ARAMEO, ambas lenguas sagradas que codifican las múltiples dimensiones y que formaban parte de todo su trabajo espiritual. Sin embargo, sus conocimientos profundos han llegado incluso hasta las doctrinas Zoroástricas, el budismo, el hinduismo e incluso, el cristianismo. Durante mucho tiempo toda su sabiduría permaneció oculta, pasando la tradición únicamente de manera oral de generación en generación o con algunos documentos secretos; no fue sino hasta el año de 1946 que unos beduinos en las cercanías del Qumrán, a orillas del Mar Muerto, encontraron una serie de pergaminos que se han ido extrayendo y que han tomado el nombre de “Los Rollos del Mar Muerto”. En estos textos se ha podido hallar una cantidad enorme de información, la mayor parte referente a lo que se conoce como la Torá hebrea, pero también tiene manuscritos que detallan múltiples técnicas, historias y datos referentes a la cultura esenia. A partir de este acontecimiento es que se ha dado paso a la transmisión mística de estos secretos que contienen sabiduría sagrada.

La comunidad esenia vivía completamente dedicada a la comunión con Dios y las fuerzas Divinas, en armonía con la Naturaleza, acompañados por las fuerzas angelicales, respetuosos de cada ser viviente, dedicados por entero a perfeccionarse como seres espirituales, viviendo una existencia terrenal en armonía con la vida y con la Madre Tierra. El trabajo interno de los esenios era muy desarrollado practicando artes de meditación, contemplación, purificación, ayuno, periodos de aislamiento y silencio en cuevas.

Los esenios eran maestros de la sanación, tanto física como espiritual.

Utilizaban diversas técnicas para restablecer el equilibrio y la armonía en el cuerpo, la mente y el alma de las personas. Algunas de estas técnicas eran:

  • CANALIZACIÓN DE LA ENERGÍA VITAL DEL UNIVERSO. El magnetismo curativo con imposición de manos.
  • CANALIZACIÓN DE ENERGÍA DE ÁNGELES.
  • TERAPIAS CON COMANDOS PARA PÉNDULO.
  • MASAJES CON ACEITES ESENCIALES: los esenios empleaban aceites extraídos de plantas medicinales para masajear los puntos energéticos del cuerpo y estimular la circulación sanguínea y linfática. Los aceites también tenían propiedades aromáticas que influían en el estado de ánimo y la conciencia³.
  • TERAPIAS SONORAS: los esenios usaban instrumentos musicales como cuencos, campanas, tambores y flautas para crear vibraciones que resonaban con las frecuencias del cuerpo y del alma. Los sonidos ayudaban a liberar las tensiones, los bloqueos y las emociones negativas⁴.
  • TERAPIAS DE LUZ: los esenios aprovechaban la luz solar y la lunar para cargar de energía sus cuerpos y sus espíritus. También usaban cristales de diferentes colores para filtrar la luz y proyectarla sobre las zonas afectadas. La luz tenía un efecto curativo y regenerador.
  • TERAPIAS CON CRISTALES: los esenios conocían las propiedades de las piedras y las usaban como herramientas para equilibrar los chakras, los centros energéticos del cuerpo. Cada piedra tenía una cualidad específica que se correspondía con un chakra. Por ejemplo, el cuarzo blanco se asociaba con el chakra corona, el amatista con el chakra del tercer ojo, el lapislázuli con el chakra de la garganta, etc.

Estas terapias esenias no solo buscaban sanar el cuerpo físico, sino también el cuerpo etérico, el cuerpo astral y el cuerpo mental. Los esenios entendían que el ser humano era un todo integrado por diferentes planos de existencia, y que cada uno de ellos tenía una influencia en los demás. Por eso, su sanación era holística e integral.

Los esenios también tenían una visión espiritual y metafísica de la sanación. Ellos creían que toda enfermedad tenía un origen kármico, es decir, que era el resultado de acciones pasadas que habían generado un desequilibrio o una deuda con la ley divina. Para sanar, era necesario purificar el karma y restablecer la armonía con el Creador.

Hoy en día, muchas personas se interesan por recuperar las antiguas técnicas de sanación esenia. Estas terapias ofrecen una alternativa natural y eficaz para tratar diversos problemas de salud física y mental. Además, brindan una oportunidad para conectar con nuestra esencia divina y con nuestro propósito de vida.

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